El Monasterio de los Jerónimos de Lisboa (Portugal) es un impresionante ejemplo de arquitectura manuelina, un estilo que se desarrolló en Portugal durante el reinado del rey Manuel I. La fachada del monasterio es una obra maestra de intrincadas tallas, con símbolos del mar y de los descubrimientos realizados por los exploradores portugueses. El interior de la iglesia es igualmente impresionante, con sus altísimos techos abovedados y sus ornamentados retablos.
Los claustros son un punto culminante del monasterio, con arcos y columnas adornados con tallas de animales exóticos y monstruos marinos. El diseño general del monasterio mezcla elementos góticos con motivos decorativos manuelinos, creando un ejemplo único e impresionante de la arquitectura portuguesa.